A todo paciente nuevo se le realiza una historia clínica detallada, una exploración física, un electrocardiograma y un ecocardiograma. En función de ello se determinará si es preciso realizar alguna otra prueba cardiológica especial con vistas a llegar a un diagnóstico o a ajustar el tratamiento cardiológico preciso.
Permite reproducir el esfuerzo de una forma controlada y descubrir así las posibles alteraciones del riego sanguíneo en el corazón. Ayuda al diagnóstico correcto, es útil para valorar el pronóstico del enfermo y, en algunos casos, puede emplearse para valorar el efecto del tratamiento.
La ergometría también ayuda a determinar cuál es el nivel de esfuerzo físico apropiado para la persona. El paciente utiliza un tapiz rodante para reproducir el esfuerzo físico. Durante ese proceso, se le realiza un electrocardiograma continuo y se toma de forma periódica la tensión arterial.